Con solo dar una vuelta por cualquier supermercado, podemos comprobar la enorme variedad de bebidas existentes en el mercado. Por lo general, solemos usarlas para aplacar la sed, pero no todas las bebidas cumplen esta función, de hecho, algunas producen el efecto contrario.
El ejemplo más claro es la cerveza, cuyo consumo produce un efecto diurético que puede llevar a la deshidratación.