El lado oculto del agua embotellada
Los científicos alertan de su impacto en la salud

¿Qué está pasando realmente con el agua embotellada?
Un riesgo invisible: ¿Por qué no lo sabíamos antes?
¿Qué alternativas tenemos?
Aquí te lo contamos
¿Qué está pasando realmente con el agua embotellada?
El informe revela que muchas botellas de plástico, especialmente cuando son expuestas al calor o almacenadas durante largos periodos, liberan sustancias como ftalatos y bisfenol A (BPA), compuestos asociados a alteraciones hormonales, problemas metabólicos y mayor riesgo de enfermedades crónicas.
Pero lo más alarmante es la presencia de microplásticos: diminutas partículas de plástico de menos de 5 mm que terminan en el organismo con cada sorbo. Según los expertos, estos fragmentos pueden acumularse en tejidos vitales, provocar inflamación sistémica y afectar órganos como el intestino, los riñones o el sistema cardiovascular.

Un riesgo invisible: ¿Por qué no lo sabíamos antes?
Durante años, la imagen del agua embotellada ha estado asociada a lo saludable y puro. Sin embargo, los estudios más recientes contradicen esta percepción. La falta de regulación sobre la cantidad permitida de microplásticos en el agua envasada ha permitido que el problema pase desapercibido hasta ahora.
Además, el plástico de un solo uso no solo es perjudicial para el medioambiente, sino que ahora sabemos que también puede serlo para nuestra salud.
El informe revela que muchas botellas de plástico, especialmente cuando son expuestas al calor o almacenadas durante largos periodos, liberan sustancias como ftalatos y bisfenol A (BPA), compuestos asociados a alteraciones hormonales, problemas metabólicos y mayor riesgo de enfermedades crónicas.
Pero lo más alarmante es la presencia de microplásticos: diminutas partículas de plástico de menos de 5 mm que terminan en el organismo con cada sorbo. Según los expertos, estos fragmentos pueden acumularse en tejidos vitales, provocar inflamación sistémica y afectar órganos como el intestino, los riñones o el sistema cardiovascular.

¿Qué alternativas tenemos?
La buena noticia es que hay soluciones accesibles. Los científicos recomiendan optar por sistemas de filtración en casa, como purificadores de agua, o utilizar botellas reutilizables de acero inoxidable o vidrio. Beber agua del grifo, correctamente filtrada, es más seguro, más económico y más sostenible.